Humberto Vacaflor Ganam
25 de enero 2019
El 28 de enero de 2015, Hugo Chávez hizo un desafío al mundo y a la economía: “Pónganme el petróleo a cero (dólares por barril) y Venezuela no entra en crisis”.
¿Qué habrá querido decir, o qué secretos tenía en la manga este charlatán, qué sustitutos tenía en mente?
¡Si Venezuela no recibe un dólar por el petróleo (que representa 94% de sus ingresos), no es un drama!
Un dato que podría ayudar a entender este misterio: aquellos eran los días en que, según lo atestigua Leonardo Coutinho en su libro sobre el espectro que lleva el nombre del zambo, Venezuela estaba recibiendo la droga de Bolivia a través de un puente aéreo que se hacía en aviones militares. De eso protestaba ante el presidente Evo Morales el general Germán Valenzuela, antes de morir de manera misteriosa en 2011.
Y las FARC estaban todavía (ahora están de regreso) administrando territorios donde se produce coca y droga en Colombia, alimentando el río de cocaína que va de sur a norte.
El comandante finado no había previsto, para hacer ese desafío, que el caudal disminuya y que la crisis llegue de todos modos, incluso si el precio del petróleo estuviese en 50 dólares, como ocurre ahora.
Y se ve al heredero Nicolás Maduro, aferrado a una cúpula militar corrupta, desafiando al planeta, pero angustiado por la falta de dinero, a tal punto que decide, cuando está con la soga al cuello, crear tres nuevos impuestos.
Es que necesita dinero para pagar todas las lealtades, comenzando por la de los milicos, que en eso no perdonan; nunca lo hicieron. La palabra soldado viene de “solidatus”, es decir dinero, salario.
Por el momento, los dineros que debería recibir Maduro están congelados. No se ha producido todavía la transición y algunos de esos recursos llegan a organizaciones que deberán tenerlos hasta que se produzca el desenlace.
Lo que no se sabía, y yo lo supe ahora, de primera mano, de una amiga de Venezuela, es que el dinero del petróleo venezolano lo administran los cubanos. Y en, último grado, los rusos.
El otro dinero, el del río de droga, lo maneja el “cártel de los soles”, que tiene su propia jerarquía en Venezuela, y en otros países que conforman esta internacional, esta trasnacional.