Humberto Vacaflor Ganam
El presidente Evo Morales anunció que el gas natural licuado boliviano llegará hasta China e India, partiendo del puerto de Ilo, y su ministro del ramo anuncia que el próximo mes YPFB instalará redes domiciliarias en el sur del Perú.
Además, estos dos personajes dicen que están construyendo dos gasoductos, uno a Paraguay y oro a Perú, para llevar, cada uno de ellos, 10 millones m3/d, mientras se esperan acuerdos con Estados brasileños para vender volúmenes similares.
Que el gas existente no dé abasto ni siquiera para los actuales compromisos, lo que obliga a restringir la oferta interna, no tiene ninguna importancia. Estamos en la febril etapa de anuncios locos, que el electorado habrá olvidado cuando haya pasado la campaña. Son anuncios para la gilada.
Pero el ejercicio invita a soñar, a proponerse objetivos imposibles, que es la mejor manera de soñar.
Por lo tanto, ya que estamos, quizá valga la pena anunciar, como otros objetivos, que vamos a exportar diamantes a Sudáfrica, petróleo a Kuwait, opio a Afganistán, wisky a Escocia, mariscos al Perú, cigarros habanos a Cuba, yerba mate al Paraguay…
Estaba por mencionar que podríamos exportar también uranio a Irán, pero algo me dice que el proyecto o ya está muy avanzado o en ejecución, por lo que no lo incluyo entre los sueños imposibles. No quisiera pecar de ingenuo.
El entusiasmo de los anuncios sobre las exportaciones de gas muestra que los dos personajes que los hicieron o sufren de amnesia, de alzheimer, están locos o han comido algo hediondo, como dicen en mi pueblo.
No están enterados de que el muy profundo pozo Boyuy X-2, en que todos teníamos tantas esperanzas, no encontró nada. Y que obliga al desprendido gobierno del MAS a pagar 133 millones de dólares a las empresas petroleras que estuvieron a cargo de la perforación por aquel invento masista de los “costos recuperables”, pagos que son de ida y vuelta, como todos sospechamos.
O es culpa de YPFB, que de tanto hermetismo que aplica sobre sus actividades, no les ha informado a estos dos mentirosos de feria que no hay gas, que se acabó.
Quizá se mezclan los informes, y el entusiasmo de los mentirosos nace de leer las cifras de las exportaciones del Chapare. Uno nunca sabe.