Escrutinio congelado

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Humberto Vacaflor Ganam

Las nerviosas horas que vivió el MAS al cerrarse la jornada del 20 de octubre lo llevaron a cometer varios errores, pero el mayor de ellos fue haber retado a la OEA a realizar una auditoría de las elecciones.

A partir de ese momento el escrutinio quedó congelado. Lo dijo la propia OEA: nadie se puede declarar ganador de las elecciones mientras no concluya la auditoría. Elemental.

Todo comenzó con un desafío. Si alguien quiere hacer un recuento mesa por mesa, voto por voto, que lo haga, fue el mensaje. La OEA recogió el guante y ahora debe realizar la auditoría.

Dice el cocalero que la OEA no puede ir en contra del “triunfo popular” y no puede cometer pecado de intromisión. Entonces, ¿para qué invitaste a que se haga la auditoría? La OEA no es como la Contraloría boliviana, que recibe órdenes sobre cómo deben ser sus veredictos.

Mientras se da esta pataleta de un gobierno que ahora no quiere que el juez elegido dicte la sentencia, el rumor que corre es tan ancho como el Mamoré.

¿Dónde están los que defienden al gobierno y al fraude? Son unos grupos de mercenarios, como los cocaleros que llegaron a Cochabamba a hacer acto de presencia y partir de regreso inmediatamente. O los furiosos ponchos rojos de Achacachi, que llegaron a La Paz con puntualidad de empleado público, y con la misma puntualidad se marcharon.

En cambio, la protesta es unánime. Como si reflejara la posición de mucha mas gente de los reflejados por las cifras que dio el TSE. Parecería que las protestas representaran a casi todos los bolivianos, incluso más de 80%.

Piden la segunda vuelta los observadores de la OEA, la Unión Europea y cinco países. Pero se están quedando cortos, porque el rumor más grande ya no pide segunda vuelta, sino otras elecciones.  Y más todavía. Son muchos los que quisieran que una nueva elección lleve a una realidad de borrón y cuenta nueva.

La historia boliviana, como se decía en tiempos de cambios en el pasado, está preñada. Quizá el escrutinio congelado al que dio lugar el error de cálculo del gobierno permita que la criatura que está en el vientre del país refuerce sus genes, que han de ser del siglo XXI, que no han de ser aliados de regímenes terroristas internacionales, como el de Irán. Borrón y cuenta nueva, de veras.

Siglo21bolivia.com

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