Humberto Vacaflor Ganam
Sin sospecharlo, el líder cívico cruceño Fernando Camacho tocó un punto muy sensible del conflicto ideológico cuando decidió llevar la Biblia cristiana en su intento de pedir a Evo Morales que renuncie.
No ha advertido este repentino caudillo aparecido en Bolivia que el cocalero y su gobierno han entregado el país a una religión que tiene otro libro: el Corán. La tercera religión que también tiene un libro es la hebraica, con la Torá.
La alianza que tiene el MAS con el gobierno de Irán es tan estrecha que incluye centros de entrenamiento, un canal de televisión, explotación de uranio, 1.500 becarios bolivianos que estudian el Corán en Teherán, además de una fluida conexión ideológica.
Camacho dice que la Biblia cristina fue retirada del Palacio Quemado porque está convencido de que el cocalero y su gobierno son ateos, pero no ha hecho alusión al otro libro.
No está enterado de que en julio pasado estuvo a punto de producirse una guerra mundial, esta vez nuclear, entre el país amigo del cocalero, Irán, y los Estados Unidos, en el golfo de Ormuz.
Por esos días, el 19 de julio, el secretario de Estados de EEUU, Mike Pompeo, había visitado la triple frontera entre Brasil, Argentina y Paraguay para advertir de la presencia de terroristas islámicos en la zona.
A los cuatro días, es decir el 23 de julio, llegó a Santa Cruz el canciller de Irán, Muhamad Yavad Zarif, decidido a mostrar que este es un territorio que su país no está decidido a abandonar.
Zarif había asistido en Venezuela a una reunión relacionada con el Foro de Sao Paulo y decidió, como quien nada hace, pasarse por Bolivia, el país que los persas ha decidido incorporar a su lista de amigos del Islam, de la corriente terrorista.
El cocalero no sabe, ni sospecha, que existe entre la Biblia y el Corán una muy larga historia, que ha dividido el mundo y ahora lo tiene enfrentado, y que es la primera vez que Bolivia ha sido incluida en esta contienda del lado de los musulmanes, del flanco terrorista.
Este detalle, de los dos libros, la Biblia y el Corán, muestra que la crisis boliviana forma parte de un conflicto mundial, ahora que la corriente terrorista del Islam se ha aliado a la Transnacional del Crimen Organizado, como la llama el presidente Iván Duque de Colombia.
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