Humberto Vacaflor Ganam
Gota a gota, con demasiada lentitud frente a la ansiedad de los bolivianos, el gobierno de Jeanine Áñez va mostrando las barbaridades que encontró en la administración pública, conforme se descubren los delitos del anterior gobierno.
Se sabe que el déficit fiscal dejado por el cocalero ahora prófugo es el más alto de América latina y que la pobreza extrema tuvo en Bolivia, entre 2014 y 2018, el más alto crecimiento de la región, según lo certificó CEPAL. Todo lo que se había ganado gracias al boom de las materias primas frente a la pobreza, se perdió luego como efecto de la corrupción masista.
También se sabe que el presupuesto de propaganda que manejó el gobierno entre 2006 y 2018 llegó a la suma de US$ 3.948 millones de dólares, que es el doble de lo que destinó en ese mismo lapso a Educación o a Salud. Sólo por eso, el prófugo tendría que ser sometido a juicio de responsabilidades.
Y los que se beneficiaron de ese dinero, tanto funcionarios como empresas periodísticas y los propios periodistas, deberían ser sometidos a juicios y a una investigación de enriquecimiento ilícito. Periódicos, canales de Tv, espacios pagados directamente o por debajo de la mesa. Un festín de la corrupción mediática que debe ser desvelado. ¡Cerca de 4.000 millones de dólares!
Con cierta timidez, el nuevo ministro de Hidrocarburos dice que se propone importar petróleo para disminuir el peso de las compras de gasolina y diesel, además de evitar el cierre de las refinerías. Esta noticia revela que las cuentas de la importación de gasolina y diesel son muy oscuras. Cuando hayan hurgado lo suficiente encontrarán que algunas importaciones de diesel fueron desviadas antes de llegar a Bolivia, aunque eran pagadas por Bolivia, para beneficio de corruptos masistas.
O cuando investiguen cómo es que Emapa compraba caro y vendía barato, lo que parecería bueno, pero que se enloda cuando se descubre que el producto comprado y vendido no existía, sino en los números, para propósitos de corrupción.
Los propios empleados de la imprenta del Estado informaron que el anterior gobierno imprimió en esas máquinas la propaganda para el partido de Evo Morales con presupuesto de los ministerios. Los empleados de ABC tienen muchas informaciones para entregar.
Esto fue el carnaval más grande de corrupción jamás visto.
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