Humberto Vacaflor Ganam
La revolución de octubre-noviembre no ha sido entendida por los políticos. Lo que quiere el país es un cambio de veras, por ejemplo una constituyente que sea un borrón y cuenta nueva, comenzando por adoptar el federalismo.
Eso podía haberse logrado anunciando, el 10 de noviembre, que unos cabildos abiertos en todo el país decidirían actuar como una constituyente que ponga punto final a la vergüenza que el país vivió desde 2006. Ese hubiera sido un desenlace digno de la gran revolución de las pititas, la mayor protesta popular de que se tenga memoria en Bolivia.
La epopeya de octubre-diciembre tuvo un valor fundacional, un valor constituyente que los políticos que quedaron a cargo no le reconocieron y decidieron convertirla solamente en una revuelta que expulsa a unos corruptos, pero no del todo.
Los que quedaron a cargo de la situación no fueron capaces ni siquiera de desarticular el sistema de corrupción dejado por los fugados. Ahora se descubre que toda la historia de los respiradores fue manejada por los supuestamente expulsados, que muestran con ese caso el grado de maestros internacionales de la corrupción que habían alcanzado en catorce años de practicarla todos los días.
Bueno, pues el país no quiere seguir así. Ese fue el mensaje de la revolución que terminó siendo inconclusa porque unos comedidos decidieron hacer, en nombre de ella, unas “concesiones” que terminaron maniatando al país.
Esos comedidos mostraron que, en realidad, ellos también forman parte de la estructura corrupta que el pueblo había decidido expulsar para siempre.
Por eso es que los ciudadanos no quieren ahora aceptar que se hagan elecciones sin que se hubieran desactivado los esquemas de fraude dejados por el gobierno del cocalero Morales. Ni siquiera se sabe si han sido anulados los mecanismos de fraude detectados por el informe de la OEA, que se referían a trampas elementales, manuales. No se habló del detalle de las circunscripciones diseñadas para el fraude o los miles de votantes que fueron incorporados en el padrón electoral en 2009 por muy diligentes brigadas de venezolanos que entregaban cédulas de identidad a troche y moche.
Si la gente hizo aquella revolución por haber sido estafada con un referéndum que no se respetó, no quiere ir a elecciones donde el fraude está cantado. Odia ser tomada por idiota.
No es tarde. Hay un movimiento ciudadano que quiere una constituyente. Y un impulso nacional a favor del federalismo.
Quienes quieren que todo vuelva a ser como antes de noviembre piden elecciones. El país espera un cambio, de veras.
Siglo21bolivia.com
1 comentario
Excelente análisis.
Deberiamos actuar en consecuencia.
Hoy, 22 de junio, Bolivia está al borde de recaer en el averno.
Dios quiera q en los dos meses q nos quedan hasta la fecha de elecciones, los bolivianos seamos capaces de remediar esta situación tan penosa.