Humberto Vacaflor Ganam
El pupilo del cocalero Morales, Andrónico Rodríguez, ha pretendido sorprender diciendo que, en su criterio, el mejor candidato a la presidencia de este momento es Carlos Mesa.
Pero lo que ha hecho es mostrar que los asesores argentinos que tiene el cocalero en Buenos Aires están recomendando una estrategia dirigida a provocar confusión entre los candidatos democráticos.
Recomendaciones que se hacen desde el convencimiento de que el partido del cocalero, el que iba a durar 500 años y había llegado al poder para quedarse para siempre, está derrotado.
Es una estrategia concebida desde la derrota. Desde el convencimiento de que el partido de marras no tiene esperanzas, convencimiento que surge de encuestas muy precisas.
Tan precisas son esas encuestas que en una conversación telefónica filtrada en las redes sociales se escucha decir al cocalero que el rechazo social a los bloqueos había crecido de 20% a 58% en tres semanas.
El comentario de Andrónico mostró, desde esa perspectiva de derrota, la intención de perjudicar al candidato democrático con mayores posibilidades para las elecciones del 18 de octubre.
Pero el trasfondo del mensaje es que los seguidores del cocalero se sienten derrotados y tratan de dañar a los seguros ganadores de las elecciones.
Una estrategia parecida están usando otros masistas que quedaron en cargos públicos y han decidido actuar como guerrilleros de escritorio.
Como la brutal campaña de bloqueos de carreteras y asaltos de hospitales ha resultado perjudicial para el candidato Luis Arce Catacora, la idea es hacer la guerrilla desde los 300.000 escritorios ocupados por masistas en la administración pública desde 2006.
Los que están en el parlamento saben que en diciembre dejarán el cargo y entonces serán reemplazados por representantes de partidos democráticos.
Y no se les ha ocurrido otra idea que apresurarse para conseguir los salvoconductos para que los masistas refugiados en la embajada de México. Saben que desde diciembre, la espera de salvoconductos para salir del país de esas buenas fichas de la dictadura del cocalero podría durar mucho tiempo más.
La más ingenua de todas, la senadora Adriana Salvatierra, que tuvo un ataque de histeria en los días decisivos de la fuga del cocalero, ha decidido aportar en algo y no se le ha ocurrido mejor idea que anunciar un juicio contra el alcalde de La Paz por ¡haber impedido la llegada del oxígeno a los hospitales!
En el fondo, se observa que no hay una dirección única el MAS. Los forajidos que asaltaron el hospital de Samaipata, los que provocaron derrumbes en las carreteras para impedir el paso del oxígeno, forman parte del ejército de la transnacional del narcotráfico, que tiene comandantes deseosos de provocar la guerra civil y no les interesan las elecciones.
Las instrucciones que llegan de Pekín o Moscú son diferentes a las que tienen los candidatos del partido que ya se siente derrotado.
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