El presidente Joe Biden ha hecho un anuncio que podría dar paso a un acontecimiento histórico: su país, la potencia, está evaluando la forma de restaurar Internet en Cuba.
La palabra Internet es, en este anuncio, sinónimo de libertad y democracia. Libertad de comunicación, de expresión, de conexión.
Antes, Biden había dicho que Cuba es un Estado fallido, algo redundante para lo que se proponía decir luego, porque si para gobernar tienes que quitar Internet a tu pueblo es que eres un gobierno fallido de un Estado fallido.
Restaurar Internet para los cubanos obliga a la potencia a buscar soluciones tecnológicas para que la nube de satélites artificiales de baja altura sea capaz de dar el servicio de Internet directamente a las computadoras o los celulares sin necesidad de usar “modem” o “router”. Un detallito complicado.
Elon Bezos y Jeff Musk, recontra-multimillonarios, están avanzando en esa ruta pero ahora se habla de que el modem para Internet satelital costaría 500 dólares y el servicio mensual 100, o te lo dejarían hasta en 60.
Un poquito más y estos pobrecitos podrían, quizá a cambio de reducciones de impuestos, ayudar a que Biden cumpla su propósito de devolver Internet a los cubanos.
Internet llegaría a la gente desde el cielo, como el Espíritu Santo, sin intermediarios, como quería Dios antes de que surgieran los servidores asalariados de la fe. En este caso, los servidores locales de Internet serían redundantes, supernumerarios.
Es cierto, estamos viviendo una nueva guerra fría, y el anuncio de Biden equivale a que la potencia occidental ha decidido dar una respuesta sutil pero contundente a las provocaciones de las potencias autocráticas que la desafían.
Las potencias autocráticas no fallan: cuando las cosas se ponen difíciles para sus dictaduras, quitan Internet, algo que ni la sucia potencia capitalista ni sus satélites han hecho jamás.
El acontecimiento que podría surgir del anuncio de Biden es que Internet sea consagrado como un derecho humano en todo el mundo. Con más méritos que el derecho humano de ser candidato a la presidencia para siempre, como unos jueces dictaminaron en Bolivia en favor de un analfabeto.
Si vas a dar Internet a todo el Caribe, gratis, porque no puedes hacerlo solo para la “perla del Caribe”, tienes que dárselo a todos, a todo el mundo.
La nueva guerra fría podría traernos esta bendición. Yo me anoto. Los designios de Dios son insondables, pero si llegan por Internet llegan más rápido. Y los cubanos los están necesitando.