Humberto Vacaflor Ganam
Dios se acordó de nuestra región. Muchas gracias. Nuestras alabanzas.
La captura del pollo (Hugo Armando) Carvajal en España y la extradición de Alex Saab a Estados Unidos, en las vísperas del 11 de septiembre, han de figurar como un hecho histórico en América latina.
Ahora se sabrá en qué aviones iba la droga hasta Venezuela desde Chapare, si eran militares o no, y cómo se la enviaba hacia Estados Unidos, pasando por qué islas y con la venia de qué gobiernos.
Es como el comienzo de las guerrillas de las republiquetas, como el surgimiento de un esquema que se oponga a la colonia, una colonia que ahora se muestra muy poderosa porque obedece a imperios vigorosos.
Este es un hecho que marca el comienzo en serio de la batalla contra las drogas y sus consecuencias políticas, convertidas en gobiernos del narcotráfico pululando en la región, organizados en una transnacional del crimen.
Nadie hubiera imaginado jamás que una ley norteamericana de 1914 crearía las bases para el nacimiento del poder económico pecaminoso más grande de la región y del mundo.
Una prohibición, que nació disfrazada de medida administrativa, según relata Antonio Escohotado en su biblia sobre las drogas, dio lugar a que, un siglo después, surgieran las mafias de las drogas y las alianzas de las drogas y la geografía de las drogas y el imperio de las drogas.
Lo que el petróleo no pudo construir, lo que el estaño, el gas natural o el litio no lograron organizar, lo ha logrado el narcotráfico.
El sueño del libertador Bolívar, de poner a andar la Gran Colombia, lo ha conseguido el narcotráfico, con una alianza que comprende casi todo el territorio de los Andes.
Y ha conseguido incluir en esa alianza a Argentina, convertida ahora en el cuarto exportador de cocaína de Sudamérica, según lo han verificado las Naciones Unidas, con un gobierno que responde a la transnacional del narcotráfico y el crimen.
Ha incluido a Venezuela y a Cuba en esta alianza del pecado, países que le han proporcionado el pretexto ideológico, que completa la farsa.
Ahora todo ese esquema está en peligro. Quienes guardaban los secretos del gran pecado han sido capturados y deberán contarlo todo.
Se sabrá que nada es heroico, sino ladino, que nada es hazaña, sino pecado, que nada fue digno, sino canalla. Los que manejaron estas mentiras quedarán al descubierto e irán a la cárcel.
En Guantánamo, una bahía cubana, hay una cárcel que espera a todos estos pillos que estuvieron vendiendo revoluciones cuando en realdad eran solamente negocios de la droga.