Humberto Vacaflor Ganam
El cocalero Morales está dando algunos consejos peligrosos al gobierno de Pedro Castillo, el del sombrero, consejos peligrosos, según el criterio del excanciller peruano Luis Gonzales Posadas.
Por ejemplo, el cocalero aconsejó al del sobrero nacionalizar el campo de Camisea, que por el momento está produciendo gas de manera normal y garantiza el abastecimiento al mercado peruano por muchos años.
Si se pusiera una mano en el pecho, el cocalero tendría que retirar ese consejo pensando en el desastroso resultado de la “nacionalización” que él hizo en Bolivia en 2006 y que llevó a que en este momento el país se haya quedado sin una molécula de gas.
Otro consejo del cocalero a sus hermanos peruanos es aprobar una nueva ley de la coca, de tal modo que los cultivos que son ahora ilegales dejen de serlo para que cesen las erradicaciones.
En este caso, las FFAA del Perú deberán tomar en cuenta que al surgir ese poder de los cocaleros y narcotraficantes, se pondría en riesgo la soberanía peruana, con invasión de chinos y rusos en su territorio, como ha ocurrido en Bolivia. Alguien tendría que dar esos consejos a los militares peruanos.
Además, el surgimiento de un poder transnacional tan grande ligado a la coca es un peligro para la existencia del Estado peruano, como lo muestra el desastre que ha traído a Bolivia.
El cocalero ha llevado otros consejos al Perú, como la convocartoria a una asamblea constituyente con la misión de “refundar” ese país y crear, en lugar de la República del Perú, el Estado plurinacional.
Si vieran los peruanos que todo eso es un saludo a la bandera, que las naciones creadas no existen en realidad, y solo sirven para que los charlatanes se llenen de dinero, desecharían ese consejo.
No ha olvidado el cocalero mencionar su hazaña de haber expulsado al embajador de Estados Unidos y a la DEA. Alguien tendría que decirles a los peruanos que es por eso que no llegaron más inversiones a Bolivia y el país se ha convertido en el Afganistán de Sudamérica.
El del sombrero no ha entendido todavía todos estos consejos, pero sus asesores del partido comunista y de Sendero Luminoso lo alientan a seguir al pie de la letra todo lo que dice el cocalefro boliviano.
Quienes no lo aceptan son los peruanos, que en las calles por donde pasa el cocalero boliviano lo insultan y le piden que, por favor, después de haber destruido Bolivia, no pretenda hacer lo mismo con Perú.