Recuerdos del presente
DEA, orden alfabético
Humberto Vacaflor Ganam
La DEA ha vuelto a la acción. Y se sabe por qué. Estados Unidos ha descubierto, con mucha demora, que en la nueva guerra global, las mafias y cárteles de la droga se han alistado del lado de las autocracias, que en algún momento se llamaron “eje diabólico” o “eje del mal”.
Después de despertar de una muy larga siesta, la DEA tiene orden de afectar al narcotráfico en nuestra región y se ha lanzado a la tarea abiertamente, tarea muy grande porque los narcos han avanzado mucho, controlando territorios e incursionando en política, en algunos países con mucho éxito.
Es tan clara la alianza del narcotráfico con el “eje del mal” que los embajadores de los países afectados por esa plaga votan en las Naciones Unidas a favor de criminales de guerra capaces de ordenar el bombardeo de hospitales infantiles. Es una alianza de sangre, de sangre ajena.
Entonces, había que frenar a esta banda de delincuentes que se alió a sus líderes mundiales. La DEA tiene que capturar a los responsables de la larga cadena de proveedores de drogas a Estados Unidos, como ordena la ley Harrison desde 1914.
¿Por dónde comenzar? ¿Por quién comenzar? Sospecho que decidió ir por orden alfabético.
En noviembre de 2021 capturó a “Alex” Saab, un “empresario” colombiano que trabajaba para la dictadura chavista de Venezuela pero que al ser extraditado se reveló que también trabajaba para la DEA. Doble agente.
Ya este año, la DEA decidió pedir, en febrero, la captura de Diosdado “Cabello”, vicepresidente del partido socialista de Venezuela, cuando se encontraba en Bolivia. Cabello es fundador del Cártel de los Soles, que llevaba, o quizá sigue llevando, cocaína boliviana a Estados Unidos a través de Cuba y Centroamérica.
Nunca se supo por qué y para qué estuvo Cabello en Bolivia desde fines de febrero hasta principios de marzo, cuando debía cruzar la frontera, entrar a la Argentina, donde debía ser cogido por la Gendarmería el 11 de marzo por orden de una jueza de Jujuy. Pero eso no ocurrió y el gobierno boliviano jamás informó qué hacía semejante capo-mafia venezolano en nuestro país.
Luego, la DEA pidió la extradición del coronel boliviano Maximiliano “Dávila”, que fue designado “zar” antidrogas por el cocalero Morales y terminó siendo narcotraficante, como les pasó a tres de sus anteriores zares. Algún afecto sienten estos narcos bolivianos con el zarismo que practica Putín en Rusia.
Y ahora, la DEA se ha llevado a extraditado al expresidente de Honduras, Juan Orlando “Hernández”. El primer expresidente que cae.
Después tendrá que llevarse, siguiendo el orden alfabético, a alguien cuyo apellido comience con I, con J, K y llegará a la M, que es lo que nos interesa a los bolivianos, a 80% de los bolivianos.
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