Humberto Vacaflor Ganam
Los narcos bolivianos acaban de demostrar que tienen su propia internacional, como la desaparecida internacional de los comunistas, y con algunas similitudes.
A los narcos del mundo se les ha dado por hacer desfiles. Muy parecidos a los que hacían los jerarcas de la finada URSS, que se hacían entablillar el brazo para mantener durante horas el saludo a los soldados que desfilaban.
Dos semanas después de que el Cártel de Sinaloa, en el norte de México, hiciera su parada militar, con la participación de tropas y tanques de guerra, los narcos bolivianos hicieron algo parecido en El Alto.
Los mexicanos lo hicieron como desafío al presidente Manuel López, que había visitado la zona unos días antes con la intención de ofrecer ayuda económica a la población. De esa manera, los pobladores de Sinaloa terminaron recibiendo ayuda económica de los cárteles y del gobierno mexicano.
En El Alto, los narcos hicieron también una marcha, con banderas muy parecidas a las del movimiento gay, aunque a cuadros, con Ponchos Rojos y algunos vándalos que decidieron atacar a las ambulancias.
Además, como se pudo ver en los videos que circularon en las redes sociales, el cártel de Chapare hizo una exhibición de sus ingentes disponibilidades financieras. Los Ponchos Rojos de Achacachi recibieron dinero por haber participado en la parada del poder narco. Se dijo que el pago fue de Bs 200 por nuca, más un combo de una famosa empresa que vende pollo frito. Y también se dijo que, en vista de la poca concurrencia a la marcha (unos 3.000 en total), los dirigentes de todos los grupos que participaron en el desfile recibieron un pago extra, en vista de que había dinero como para pagar a 30.000 personas. Los cárteles se han propuesto mostrarse muy dadivosos.
La idea fue la misma que la de los mexicanos. Una demostración de fuerza y del deseo que tienen los cárteles de la droga de la región de mostrarse como una alternativa para el país, o por lo menos para una parte del país.
El desfile de los narcos bolivianos coincidió, seguramente por casualidad, porque el gobierno es incapaz de coordinar nada, con la difusión de estadísticas sobre el incremento de los cultivos de coca en el país.
¡Qué envidia! Mientras todos los sectores de la economía muestran el derrumbe de sus actividades y la caída de sus ingresos, los cocaleros y sus ramas anexas exhiben sus avances.
Si se mira bien, ésa es la verdadera propuesta del partido de los narcos. Es un mensaje subliminal, pero sincero.
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