Humberto Vacaflor Ganam
Los voceros del MAS repiten en todas partes que los partidos democráticos quieren tomar el poder para privatizar las empresas estatales.
La acusación parte de suponer que algunos empresarios privados, nacionales o extranjeros, estarían interesados en comprar empresas estatales bolivianas.
Eso sí que está para alquilar balcones.
El catálogo de las empresas que se pondrían al alcance de la voracidad del capitalismo estaría encabezado por Bulo Bulo, la planta de urea y amoniaco.
La leyenda debería decir algo más o menos como: “Llévese una empresa nueva, con apenas un año y medio de uso, recién llegada del extranjero, con capacidad para producir 1.800 toneladas de urea y 2.200 de amoniaco por día. La provisión de gas natural, que es la materia prima, es casi segura. Si el comprador tuviera problemas con los cocaleros, que dicen ser los propietarios de la planta, podrá acudir a las instancias internacionales de resolución de conflictos. El precio de la planta debe tomar en cuenta que costó 930 millones de dólares, pero que, en vista de que ha sido mal diseñada y ubicada en lugar inapropiado, podría ser entregada a un precio mucho menor. Infinitamente mejor. Si el interesado quisiera llevársela como chatarra, el precio se fijaría según los cánones internacionales: tanto por tonelada de hierro. No se desanime. Si quiere llevar la planta a un mejor lugar o desguazarla para venderla como chatarra, el sindicato de camioneros del Chapare le podrá ofrecer tarifas especiales, mucho más especiales si el interesado aceptara que la carga vaya acompañada de algún producto que se podría denominar “valor agregado”, mejor si es hacia alguna frontera. Llame ya. Es una gran oportunidad.”
En segundo lugar del catálogo de la oferta de privatización tendría que figurar YPFB. La leyenda debería decir, más o menos, así: “Nacida en el rescoldo de una guerra internacional, esta empresa llegó a ser, en los años 80 y 90, una de las más grandes de Sudamérica. Pudo exportar gas a Argentina y Brasil. Algún ministro fantasioso llegó a decir que podía exportar gas hasta la India, pero eso era solamente con propósitos de propaganda. Ahora, la empresa está reducida a las funciones de importadora de gasolina y diesel, un negocio rentable, sobre todo si esos carburantes son ofrecidos a los cocaleros de Chapare. En esa región los precios pueden subir, en vista de que las actividades predominantes tienen tasas de retorno muy altas. La empresa cuenta con gasoductos que pronto estarán sin uso debido a la falta de gas, pero son tubos que se podrían vender a buen precio”.
El catálogo de las empresas a ser privatizadas continuará en próximas entregas.
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