Recuerdos del presente
Balance preliminar
Humberto Vacaflor Ganam
Por el momento, los candidatos del MAS para las elecciones de agosto son, por lo menos, cuatro: el cocalero, el economista, el cocalerito y la evita. Aunque hay dos no muy disimulados, con lo que sumarían media docena.
En el frente opositor, el panorama se pondrá claro cuando Jaime Dunn revele las siglas de la coalición que lo respalde.
En el frente masista es donde hay más fricciones, algunas de ellas muy peligrosas porque se dice que la vida del cocalerito corre peligro.
Pero también se dice que el cocalerito tiene el respaldo de la transnacional de la droga, que maneja las cosas con criterio global, aunque el cocalero mayor se sabe propietario de sus reinos.
El cocalerito ha sido favorecido por la transnacional porque representa la opción joven, de renovación, cuando el viejo caudillo está casi desahuciado.
Dentro del masismo nacional, fuera de Chapare, también hay respaldo al cocalerito, por los mismos criterios de la transnacional.
Y dentro del Chapare se está dando un éxodo que preocupa al viejo caudillo. Los padres están enviando a sus hijos fuera de la región, porque no quieren que sean los esclavos del cocalero, como lo son ellos.
El problema que tiene el cocalerito no solamente es el pecado de su padre, sino que le cuesta entender las explicaciones de la transnacional sobre las conexiones de los narcos bolivianos con los terroristas de Hezbolah y todas esas cosas. Ya lo irá entendiendo.
El cocalero mayor, entretanto, no se resigna a ser jubilado, pero, como es un viejo zorro, está analizando salidas poco ortodoxas, algunas de las cuales ponen en peligro las elecciones.
El economista sabe que en las encuestas tiene 1% pero también sabe que el mecanismo del fraude puede multiplicar esa cifra por 60 con toda facilidad, como ocurrió en Venezuela.
Al fin y al cabo, se dice, el fraude ha sido montado para quien sea candidato del MAS, y eso es lo que espera que ocurra y pueda reírse de las encuestas, como lo ha hecho el chavista venezolano.
Mientras tanto se dedica a decir que el FMI, el Banco Mundial, Moodys y todos los que observan el desastre económico creado por el MAS en Bolivia, están equivocados.
Sigue inaugurando plantas industriales que no tienen estudios de factibilidad, pero sabe que las empresas proveedoras de los equipos tienen la costumbre de pagar comisiones.
El resto de los bolivianos se preparan para hacer el milagro de expulsar al MAS del gobierno, aunque los jóvenes sólo preparan maletas para sumarse al éxodo.
Siglo21bolivia.com